La Luz Solar es el principal alimento de los seres vivos y, como consecuencia, tiene el poder de modificar la salud humana. Es por eso que, los profesionales que nos dedicamos a crear luz artificial, tenemos la responsabilidad de hacerlo a favor de la Naturaleza.
La Luz que captamos a cada momento está conectada con nuestro reloj circadiano, el cual nos marca cual es el mejor momento para hacer las cosas. Todo el espectro de la Luz es importante para la vida y cada frecuencia tiene su momento a lo largo del día y su función específica en el cuerpo. Cuando el Sol sale por el Este empieza el infrarrojo y el rojo lo que hace que sinteticemos melatonina, dopamina y serotonina. Conforme va apareciendo más Luz azul nuestros ojos y nuestra piel informan al cerebro de que es de día. Es entonces cuando debemos comenzar el programa de la actividad física, de la cognición y del metabolismo de los alimentos.
El mediodía solar es nuestro pico de cognición y metabolismo. A partir de aquí la Luz azul se va desvaneciendo y llega el atardecer con la Luz roja e infrarroja de nuevo. Es ahora cuando volvemos a producir melatonina suficiente para iniciar el programa de reparación nocturna y descanso tan necesarios para la Salud.
Todas estas condiciones se darían si viviéramos en la Naturaleza, pero no siempre tenemos esa posibilidad. La vida en las ciudades hace que sea necesaria la luz artificial. Crear una iluminación que se parezca lo máximo posible a la Naturaleza es clave para evitar enfermedades graves.
Estamos a cargo de nutrir a más de 37 billones de células que tenemos en nuestro cuerpo y la Luz es su principal alimento.
El ambiente de Luz bajo el que vivimos es el que va a determinar nuestra salud.
Carlos Sto